Por Héctor David Córdova – Gerente Corporativo de FEDECACES

Un titular de artículo, ¿para ponerlo en duda?, con puntos suspensivos ¿para terminar la frase?, o ¿es una conclusión afirmativa?
Para algunos, crisis es la expresión de una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un proceso o evento para un individuo o sector. Para otros, crisis es un momento de cambios que cuestiona una realidad, la somete a presión y evolución.

Crisis, tan invariable en singular o plural, de una u otra manera, como se asimile, puede resultar en un peligro o en una oportunidad.
Son esos conceptos, con tu actitud, los que definen si ante la crisis, se es parte del problema o se es parte de la solución.

Se mencionan algunos factores claves para enfrentar una crisis y de manera decidida y resiliente salir fortalecidos:
1. Relacionarse con la situación de crisis, tal como es, sin negarla, asimilarla objetivamente.
2. Mantener la calma y creer que es posible enfrentarla.
3. Responsablemente, analizar la situación, identificando el problema y sus causas, tanto como el nivel de relevancia del impacto para el sector.
4. Observar la eventualidad de convertir el problema en una oportunidad, creativamente y positivamente, sin colapsar por su dimensión.
5. Formar diálogos escuchando, en equipo de trabajo, no pretender asumirlo individualmente, ni pretender tener la verdad absoluta.
6. Emprender la acción, no presumir de soluciones fáciles, ni vencerse sin perseverar.

Tomando de premisas esos conceptos, de la RAE, de textos de motivación, ahora podemos pretender responder o concluir la frase del titular de este artículo:

¿Es el cooperativismo una solución en tiempos de crisis?

La organización cooperativa, como acto asociativo, por su naturaleza es un instrumento que el colectivo de personas afines, con un vínculo concreto, establecen para dentro de sus escaseces, encontrar soluciones comunes a problemas comunes. Así, la cooperativa es un acto de ayuda mutua, aunando recursos y esfuerzos, generalmente, de frágiles economías, que genera una oportunidad con fuerza social y económica. Ya lo han dicho líderes cooperativistas: la fuerza del cooperativismo es una suma de fragilidades.

En las últimas décadas, el sector cooperativo, particularmente el cooperativismo de ahorro y crédito en El Salvador, ha visto hacia adelante, de pie, enfrentando diversidad de crisis, que independiente de su voluntad ha tenido que padecer, poniendo en alto riesgo la estabilidad económica, social y bienestar de su membresía, de la familia salvadoreña vinculada al cooperativismo.

En los años 60 y 70, una crisis social y política de regímenes autoritarios, que en los años 80 e inicios de los 90, generó un conflicto social y militar con alto nivel de pérdida de vidas y afectados, en cuyos períodos, hablar de asociarse y crear cooperativas era una eventual exposición al alto riesgo de seguridad. En estas crisis, se congeló el crecimiento y desarrollo cooperativista en el país, particularmente el cooperativismo rural.

El cooperativismo de ahorro y crédito, más urbanizado, atenuado, con una crisis de dependencia de financiamiento de terceros en más del 75% de sus activos, continuó su permanencia conservadora, hasta inicios de la década de los 90, cuidando no acrecentar su vulnerabilidad y nivel de exposición; pero continuó facilitando servicios a sus miembros. A mediados de los años 90, el cooperativismo de ahorro y crédito Federado con apoyo y directrices de FEDECACES, rompió la dependencia externa, una crisis de sobrevivencia; dio un giro con la movilización del ahorro como financiamiento autónomo. Los activos de las cooperativas afiliadas a FEDECACES sumaban $66 millones, que se financiaban con $37 millones en ahorros y $20 en Patrimonio de los asociados, con $5 millones en préstamos proporcionados por FEDECACES. Todos, 94% recursos del propio sector.

En la década de los 90 y la primera del siglo XXI, se generó una serie de escándalos de fraudes ocasionados por gigantes financieros que arrastraron una tendencia hacia más control y regulación de la actividad financiera, siendo la crisis financiera global del 2007, un punto de desafío al sector cooperativo financiero, presionado por regulación desproporcional y mayores necesidades de su membresía respecto a soluciones de acceso al crédito y servicios financieros confiables.

Es a partir del 2008, que el liderazgo en análisis objetivo y responsable de la crisis toma una actitud propia del cooperativismo, de resiliencia, y resuelve optar por ir a la búsqueda de población, de familias con necesidades de acceso a servicios financieros, opta por la inclusión financiera de la familia.

Así, del 2008 al 2019, en alrededor de una década proactiva, se reinventan las cooperativas Federadas, y las más anuentes, articulan la Red de Cooperativas FEDECACES, que no es más que la práctica del Sexto Principio cooperativo de “cooperación entre cooperativas”, habiendo trascendido en ese período a una presencia territorial en los 14 departamentos pasando de 55 a más de 130 agencias de servicios cooperativos financieros, con activos 138 a 928 millones de dólares, con autofinanciación de ahorros y patrimonio de los propios asociados y créditos de FEDECACES por 133 millones de dólares a 915 millones de dólares, garantizando además de ahorro y crédito, servicios de remesas familiares, seguros cooperativos, y pagos de servicios básicos, para una membresía en crecimiento de 95,000 a 325,000 asociados, con impacto en alrededor de un millón de personas, 15% de la población salvadoreña.

En la vigencia actual de la Red de Cooperativas FEDECACES, frente a esas 3 crisis: crisis del conflicto social, crisis de dependencia institucional financiera y frente a la crisis financiera global, basados en la visibilidad evidente y en la confianza ganada, podemos afirmar, en condiciones de una práctica, que sí, el cooperativismo es una solución en tiempos de crisis, para reducir los niveles de vulnerabilidad de la familia salvadoreña, con miles de testimonios de mejora de vida.

En este espacio solo se pudo recorrer 60 años de resiliencia ante diversas crisis; del tránsito de la Red de Cooperativas FEDECACES, frente a la crisis de la Pandemia, hablaremos en otro artículo próximo.